¡Hola a tod@s!
Ya he vuelto de mi excursión a las profundidades del Sahara, vivito, coleando... y con arena en el cuerpo como para hacerme una playa en la habitación.
Desde el primer día que nos marchamos empezaron a venir tormenta tras tormenta de arena. Tanto fue así, que en el primer vuelo que hicimos el piloto intentó por dos veces aterrizar en la pista (de tierra y sin señalización alguna mas que las ya conocidas ruedas) sin éxito, por lo que nos derivaron a otro aeropuerto, esta vez con pista asfaltada y todo. Nos dijeron que nos hospedarían en un hotel de la ciudad, porque los vuelos se cancelaban para todo el día. Pero, entre que íbamos a perder un día a lo tonto si nos quedábamos y que el hotel tenia bichos como elefantes, decidimos buscarnos la vida.
Encontramos a un encargado de seguridad de otro pozo al que teníamos previsto ir al día siguiente. Le preguntamos si podíamos ir con el y quedarnos esa noche. Rápidamente nos dijo que sí... Después de tres horas de traqueteo en el 4x4 por el desierto con viento racheado, va el cab$!? y nos mete en un catre con dos literas, sin baño y mas guarro y viejo que la choza de Tarzán. Tenía arena hasta en sitios que no es recomendable tenerla. Y me tuve que quedar con ella porque las duchas públicas en medio del desierto no son muy beneficiosas para la salud... Al día siguiente, ya en otro pozo, nos dieron una habitación para cada uno con ducha propia y todo. Por cierto, de este emplazamiento son las vistas más recientes de la galería.
Del viaje me llevo la experiencia de haber volado en el asiento del copiloto de una Cessna, con los cascos puestos para escuchar las comunicaciones entre torres y aviones y ver el desierto a vista de pájaro. Es curioso ver cómo anteriormente tuvo que haner ríos cruzando esos eriales, pues se ven los surcos de los cauces totalmente distinguibles. También he vivido algo parecido al Rally Dakar, ya que uno de los días en los que nos desplazamos en todoterreno llegábamos tarde a enlazar con una avioneta, por lo que nos tuvimos que poner a 130 Km/h por la llanura. Tengo un video, amenizado con música local, que en cuanto llegue a Madrid lo subo.
Por último, descubrí que hay víboras que, aunque no les guste el ruido ni el frío, se ponen cerca de un generador diesel enorme por la noche para cazar ratoncillos del desierto. Estos ratoncillos vienen al campamento atraidos por el agua que se desprende de las cañerías para beber y alimentarse. El especímen que está en las fotografías mordió a un vigilante que hacía la ronda nocturna a la altura del tobillo. Tuvo suerte de llevar calzado militar que impidió a la serpiente atravesar la bota y clavar el veneno. Y pensar que hay gente del pozo que, por la noche, se sube a las dunas en sandalias para coger cobertura en el movil...
Bueno chc@s, esto es, a grandes rasgos lo que me ha pasado esta semana. Si teneis cualquier duda o quereis que os explique algo más poned un comentario, que es gratis.
Un abrazo
miércoles, 26 de marzo de 2008
Qué de arena tiene el desierto
Etiquetas:
Cosas del desierto
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1 comentario:
Joder tio, tienes que estar disfrutando como un enano, que mala es la envidia.
Por cierto, no he visto tu cuadrante colgado..
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